EL PAIS DE LAS ILUSIONES
El Salvador, como país dependiente de los productos derivados del petróleo, ve seriamente golpeada su economía, ya que asiste a la degradación de las condiciones de vida de una buena parte de su población; esta situación se acentúa en los estratos poblacionales que dependen de un salario fijo, ya que este, no aumenta con la misma velocidad, con que se encarecen los artículos que emplean en sus actividades diarias.
Los sectores poblacionales, más afectados con el encarecimiento de los roductos derivados del petróleo, se concentran en las capas medias, ya que en su mayoría dependen de un salario y una minoría se emplea en actividades empresariales, esfuerzos que se esfuman, ya que sus condiciones y habilidades de competitividad se ven seriamente afectadas por el incremento de sus costos de operaciones.
Ciertamente, los sectores medios son golpeados por los altos precios de dicho producto, pero mucho más golpeados son los estratos populares en sus diversos ordenes existenciales, ya que la mayor parte de población desempleada se concentran en los estratos populares, también es cierto que las condiciones de vida de estos sectores y de la economía nacional en un sentido amplio, no se deterioran más, porque el fenómeno migratorio incide de manera directa en la subsistencia de estos estratos poblacionales; ya que las remesas provenientes especialmente de los Estados Unidos de América amortiguan las condiciones adversas con que desarrollan la existencia diaria.
Ante la crisis que origina el alto precio de los derivados del petróleo, el gobierno salvadoreño, se ve obligado a renunciar a su política de no crear nuevos impuestos y de no conceder subsidios a sectores específicos de la economía nacional, es en este contexto que a partir del primero de diciembre de este año, se crea un nuevo impuesto a la gasolina y al diesel, que incrementa en $ 0.10 el galón de combustible, con la finalidad de entregarlo a los empresarios del transporte público, para que mantengan la tarifa que paga la gran mayoría de la población salvadoreña.
Esta acción gubernamental, se vende a la población como principio de solidaridad, en el sentido de que los que tienen un poco más, comparten con aquellos cuyos ingresos escasamente les permiten subsistir diariamente; debe señalarse que el subsidio al transporte público, es una medida totalmente populista, electorera y demagógica:
- Es electorera, porque se entrega en el marco de las elecciones generales que se desarrollaran el 2009.
- Es populista porque el subsidio a entregar a los dueños de autobuses y microbuses provendrá del bolsillo de los cientos de automovilistas que a diario utilizan sus vehículos, ya sea para llegar a sus empleos o a sus empresas. y
- Es demagogica, porque la entrega de dicho subsidio durará el período que le resta al gobierno del Señor Antonio Saca, es decir, el futuro gobierno, ya tiene la primera preocupación a resolver en sus primeras semanas de trabajo.
En sintesis la medida propuesta como solución, no es más que un parche a una problemática que requiere la aplicación de medidas estructurales para resolverse, en el análisis de estas tres variables se manifiesta a flor de piel el carácter demagógico de la aplicación del subsidio, porque en ultima instancia no está resolviendo nada, ya que mas temprano que tarde los sectores populares verán afectados su bolsillo con el incremento al transporte público, ya que los sectores medios no podrán seguir soportando nuevos incrementos artificiales en los precios de los combustibles .
Así, como es de ilusorio el subsidio en términos reales, en el mediano y largo plazo, también son ilusorias las propuestas compensatorias que el gobierno central hace a los sectores medios de la población, primero porque muchas de esas medidas tienen meses, por no decir años de estar durmiendo el sueño de los justos en los escritorios de varias dependencias del gobierno central y de la Asamblea Legislativa, en total de las 19 medidas propuestas, solamente 4 benefician de manera directa a los sectores medios, por ejemplo: maternidad 100% remunerada, incremento de la tabla de deducciones en el impuesto de la renta en lo relativo a educación y salud, reducción del cargo fijo telefónico mensual y el compromiso de que no se aumentará la tarifa de energía eléctrica, el resto de medidas en mi opinión en muy poco o en nada favorecen o mejoran la calidad de vida de la población.
Por ejemplo los sectores medios se caracterizan porque la educación de sus hijos e hijas la hacen en colegios privados, es decir para ellos no habrá alivio en lo que se refiere al desembolso económico en concepto de matriculas, uniformes, útiles escolares y libros de texto, que deben hacer en las próximas semanas, en fin tal parece que la ilusión ronda en nuestros quehaceres diarios.
Ya los representantes de la banca transnacionalizada, han señalado la inconveniencia de regular las tasas de interes que cobran los distintos emisores de targetas de crédito, al respecto es bueno recordar los intentos fallidos sobre el tema que en los últimos años se han intentado aplicar a través de la promulgación de leyes financieras que faborescan a los consumidores.
El Salvador, como país dependiente de los productos derivados del petróleo, ve seriamente golpeada su economía, ya que asiste a la degradación de las condiciones de vida de una buena parte de su población; esta situación se acentúa en los estratos poblacionales que dependen de un salario fijo, ya que este, no aumenta con la misma velocidad, con que se encarecen los artículos que emplean en sus actividades diarias.
Los sectores poblacionales, más afectados con el encarecimiento de los roductos derivados del petróleo, se concentran en las capas medias, ya que en su mayoría dependen de un salario y una minoría se emplea en actividades empresariales, esfuerzos que se esfuman, ya que sus condiciones y habilidades de competitividad se ven seriamente afectadas por el incremento de sus costos de operaciones.
Ciertamente, los sectores medios son golpeados por los altos precios de dicho producto, pero mucho más golpeados son los estratos populares en sus diversos ordenes existenciales, ya que la mayor parte de población desempleada se concentran en los estratos populares, también es cierto que las condiciones de vida de estos sectores y de la economía nacional en un sentido amplio, no se deterioran más, porque el fenómeno migratorio incide de manera directa en la subsistencia de estos estratos poblacionales; ya que las remesas provenientes especialmente de los Estados Unidos de América amortiguan las condiciones adversas con que desarrollan la existencia diaria.
Ante la crisis que origina el alto precio de los derivados del petróleo, el gobierno salvadoreño, se ve obligado a renunciar a su política de no crear nuevos impuestos y de no conceder subsidios a sectores específicos de la economía nacional, es en este contexto que a partir del primero de diciembre de este año, se crea un nuevo impuesto a la gasolina y al diesel, que incrementa en $ 0.10 el galón de combustible, con la finalidad de entregarlo a los empresarios del transporte público, para que mantengan la tarifa que paga la gran mayoría de la población salvadoreña.
Esta acción gubernamental, se vende a la población como principio de solidaridad, en el sentido de que los que tienen un poco más, comparten con aquellos cuyos ingresos escasamente les permiten subsistir diariamente; debe señalarse que el subsidio al transporte público, es una medida totalmente populista, electorera y demagógica:
- Es electorera, porque se entrega en el marco de las elecciones generales que se desarrollaran el 2009.
- Es populista porque el subsidio a entregar a los dueños de autobuses y microbuses provendrá del bolsillo de los cientos de automovilistas que a diario utilizan sus vehículos, ya sea para llegar a sus empleos o a sus empresas. y
- Es demagogica, porque la entrega de dicho subsidio durará el período que le resta al gobierno del Señor Antonio Saca, es decir, el futuro gobierno, ya tiene la primera preocupación a resolver en sus primeras semanas de trabajo.
En sintesis la medida propuesta como solución, no es más que un parche a una problemática que requiere la aplicación de medidas estructurales para resolverse, en el análisis de estas tres variables se manifiesta a flor de piel el carácter demagógico de la aplicación del subsidio, porque en ultima instancia no está resolviendo nada, ya que mas temprano que tarde los sectores populares verán afectados su bolsillo con el incremento al transporte público, ya que los sectores medios no podrán seguir soportando nuevos incrementos artificiales en los precios de los combustibles .
Así, como es de ilusorio el subsidio en términos reales, en el mediano y largo plazo, también son ilusorias las propuestas compensatorias que el gobierno central hace a los sectores medios de la población, primero porque muchas de esas medidas tienen meses, por no decir años de estar durmiendo el sueño de los justos en los escritorios de varias dependencias del gobierno central y de la Asamblea Legislativa, en total de las 19 medidas propuestas, solamente 4 benefician de manera directa a los sectores medios, por ejemplo: maternidad 100% remunerada, incremento de la tabla de deducciones en el impuesto de la renta en lo relativo a educación y salud, reducción del cargo fijo telefónico mensual y el compromiso de que no se aumentará la tarifa de energía eléctrica, el resto de medidas en mi opinión en muy poco o en nada favorecen o mejoran la calidad de vida de la población.
Por ejemplo los sectores medios se caracterizan porque la educación de sus hijos e hijas la hacen en colegios privados, es decir para ellos no habrá alivio en lo que se refiere al desembolso económico en concepto de matriculas, uniformes, útiles escolares y libros de texto, que deben hacer en las próximas semanas, en fin tal parece que la ilusión ronda en nuestros quehaceres diarios.
Ya los representantes de la banca transnacionalizada, han señalado la inconveniencia de regular las tasas de interes que cobran los distintos emisores de targetas de crédito, al respecto es bueno recordar los intentos fallidos sobre el tema que en los últimos años se han intentado aplicar a través de la promulgación de leyes financieras que faborescan a los consumidores.
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